El profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, Diego Gómez Sánchez ofrece una conferencia con motivo del 80 aniversario de la creación del Guernica de Picasso

En los primeros días de 1937, Pablo Picasso —domiciliado en la capital francesa y ya toda una celebridad en Europa— había recibido de las autoridades republicanas españolas el encargo de pintar un gran mural de casi 30 metros cuadrados para ser expuesto en el pabellón de la Exposición Internacional de París. Sus primeros dibujos, de mediados de abril, reflejaban la carencia de una idea precisa sobre el contenido de la pintura, una peliaguda situación a pocas semanas de la inauguración del edificio. Un dramático acontecimiento fue el revulsivo que sacó al artista de ese punto muerto: el 26 de abril, la Legión Cóndor alemana con apoyo de la aviación italiana, aliadas ambas de los militares sublevados contra la legalidad republicana, arrasó la ciudad de Guernica, núcleo simbólico y espiritual de la cultura vasca. Al conocer la terrible noticia, Picasso acometió la que seguramente sea la pintura más
famosa del siglo XX, un cuadro de ejecución tan acelerada como compleja y de simbología oscura, pero, por encima de todo, un grito atronador de pintura monocromática contra la brutalidad de la guerra, de todas las guerras.

Diego Gómez Sánchez es Doctor en Bellas Artes. Profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y formador del Aula de Artes Plásticas de la Universidad Popular Municipal de Albacete. Pintor e investigador.

La conferencia es ofrecida en colaboración con la Diputación de Albacete y se enmarca en el programa de difusión del Arte del Servicio de Educación y Cultura.