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PICASSO EN LA CERÁMICA

“La técnica de la tierra es irremediable, la arcilla bebe enseguida el trazo y guarda para siempre la huella… Huella que Picasso deja con todo su poder” (André Verdet)

Picasso tenía 66 años cuando, con gran curiosidad, se hace ceramista.

Fue en el taller de Madoura, situado en la ciudad de Vallauris en el sur de Francia cuyos propietarios eran George y Suzanne Ramie, donde encontró un hueco en el que se instaló y aprendió de sus anfitriones las técnicas y los secretos de la que iba a ser su nueva pasión artística y a la que se dedicaría hasta su muerte
Entró en Vallauris con discreción y llegó a formar parte de esa familia de artesanos de Maduora. Con su ayuda y colaboración consiguió hacer una obra propia, original.

Respetando la tradición pero sin someterse a ella, introdujo la ironía y su capacidad creadora, logrando que la artesanía alcance la calificación de Bellas Artes.

Para Picasso la cerámica no fue una anécdota en su vida, sino una más de su diversa y fértil producción artística.

Josefa Collado Ruiz nació en Almansa, se puede decir, entre barro, aunque la primera toma de contacto con la cerámica tuvo lugar durante su residencia en Lisboa. Al regreso, cursó estudios en la Escuela de Cerámica de la Moncloa donde se diplomó como Ceramista.

Ha impartido clases de Historia de la Cerámica en la escuela de peritación y tasación de obras de arte, “Arte y Empresa”, ligada a la casa de subastas de Fernando Durán. Ha participado en distintos certámenes y exposiciones de cerámica.

Tras volver de otra estancia fuera de España, cursó la Licenciatura de “Historia del Arte” en la Universidad Complutense de Madrid.

Al poco tiempo regresó a Almansa hasta no se sabe cuándo o hasta siempre.

 

PONENTE
LUGAR
FECHA
HORA
Josefa Collado Ruiz
Casa de Cultura
Martes, 12 de febrero
20:00