Algunos pasos también sortean sombras.
Regresé de un ayer sin alba
entre intenciones;
volví
para hacerme costumbre en la luz,
para esculpir una sonrisa en el alma.
Se está volviendo todo diminuto.
De cuatro en cuatro se cuentan las semanas,
días y noches se miden en cacitos,
el agua en escalas de azul celeste
y el apetito en voracidad cada tres horas.
Se encienden la nariz y los ojitos
con un ay y una patada,
resbalan las gotitas de la leche;
nacen las sonrisas y las carantoñas.
Viejas pompas disfrutan el olvido,
el tiempo de las pequeñas costumbres
vence de la mano de este niño.
José Ignacio Lorente Lafuente
Mención especial de Poesía
IV Certamen Literario Universidad Popular de Almansa